Blog

Revisiones

¿La eficacia debe ser el criterio dominante para la confección de guías de práctica clínica?

Artículo de opinión publicado por el Dr Mariano Giorgi en la REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 76 Nº 2 / MARZO-ABRIL 2008.
Sin lugar a dudas, uno de los mayores avances en la medicina de los últimos años ha sido la aparición de guías de recomendaciones para el manejo de diversas patologías. En este sentido, la medicina vascular ha sido pionera. El advenimiento del paradigma de la medicina basada en la evidencia nos ha brindado un anclaje científico a la hora de definir el peso de diversos procedimientos diagnósticos y terapéuticos. Esto ha permitido determinar niveles objetivos de evidencia para formular recomendaciones. Los principales criterios utilizados para clasificar un procedimiento han sido, hasta ahora y al menos en nuestro medio, la eficacia y la seguridad.
Tomemos el ejemplo de un producto farmacéutico X para tratar la hipertensión arterial. En primer lugar nos interesará saber si X baja realmente la presión arterial y en qué magnitud lo hace; esto define si X es eficaz.
Seguidamente nos interesará saber si X tiene impacto en términos de puntos finales clínicos (muerte, prevención de eventos cardiovasculares mayores, etc.). En este sentido valoraremos el tipo y la cantidad de artículos publicados sobre X y sus resultados. Luego abordaremos el aspecto de la seguridad de X, sus efectos adversos e interacciones medicamentosas. Con toda esta información en mano podremos, finalmente, proponer si el uso del fármaco X para el tratamiento de la hipertensión arterial tendrá un grado de recomendación I, II o III con un nivel de evidencia A, B o C. … Continúa
Descargar el artículo completo