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Ecocardiografía fetal

Artículo publiocado por los Dres Pablo Marantz y Carlos García Guevara en la Revista Argentina de Cardiología VOL 76 Nº 5 / Septiembre – Octubre 2008
INTRODUCCIÓN
A inicios de los años ochenta se presentaron casi simultáneamente varias comunicaciones sobre la identificación de la anatomía cardíaca durante la vida fetal y poco después se reconocieron algunas formas de anomalías estructurales. Durante esta etapa, la evaluación del corazón fetal estuvo limitada a las embarazadas con riesgo incrementado de tener un feto afectado por cardiopatía congénita, considerándose como tales aquellas con historia familiar de cardiopatía congénita y los fetos en los que se diagnosticaban malformaciones extracardíacas.
No obstante, casi en la totalidad de los casos las cardiopatías congénitas ocurren en embarazos en los que no se identifican factores de riesgo. Por esta razón, en 1985 un grupo de especialistas en París propuso la idea de enseñar a los obstetras a evaluar de forma sencilla el corazón fetal durante el ultrasonido obstétrico de rutina, lo cual fue bien establecido en toda Francia. Como resultado, a finales de la década de 1980, la vista ultrasonográfica de cuatro cámaras comenzó a formar parte integral del examen anatómico fetal en varios países. En los inicios de los años noventa algunos autores sugirieron adicionar al pesquisaje la evaluación de los tractos de salida de las grandes arterias, con el objetivo de incrementar el diagnóstico de estas malformaciones.
En Cuba se desarrolló un programa similar al realizado en Francia, con la asesoría de Michel Tynan y Lindsey D. Allan del Guys Hospital de Londres.
Las malformaciones congénitas representan la principal causa de muerte en el período neonatal; de ellas, las que afectan el corazón son las más frecuentes.
En países como los Estados Unidos constituyen el defecto más común al nacer, mientras que en
nuestro país se hallan, en orden de frecuencia, luego de la prematurez y las infecciones.
Las cardiopatías congénitas son los defectos que con mayor frecuencia pasan inadvertidos en el ultrasonido obstétrico de rutina, situación que persiste a pesar de la inclusión de la vista de cuatro cámaras, de la definición de los grupos de alto riesgo y de los programas de entrenamiento para el ecografista obstétrico.
El diagnóstico intraútero de estos defectos resulta de extraordinario valor, ya que permite ofrecer a la pareja asesoramiento cardiogenético prenatal, con el objetivo de brindarle información relacionada con las características de la enfermedad, su evolución, las posibilidades
terapéuticas, el pronóstico y el riesgo de recurrencia para futuros embarazos.
Una vez realizado el diagnóstico con certeza, la pareja podrá optar por la terminación del embarazo en países donde el aborto es legal o programar el nacimiento en un centro de alta complejidad con facilidades cardiovasculares para recibir al recién nacido y brindarle la atención médica requerida de forma inmediata

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